El Despacho de la Primera Damala Dra. Margarita Cedeño de Fernández, “los valores que caracterizan la República Dominicana están siendo vencidos por el desorden, la violencia, la impunidad, el afán desmedido de lucro, el crimen organizado y otras patologías sociales que encuentran asilo en la pobreza, la inequidad y, sobre todo, en los falsos modelos de éxito.
Rescatar los valores morales y éticos ha sido una tarea permanente de la señora Cedeño desde que llegó a trabajar en su despacho.
El mismo, parte no solo de una corriente internacional dirigido en esa dirección sino también a las profundas convicciones que tiene la primera dama de que sin esos valores, es imposible que logremos los índices de desarrollo humano necesarios en la sociedad actual.
El proceso de globalización que vive el mundo hoy, también se globalizan las dificultades, los malos y falsos ejemplos, la internacionalización del crimen, el deseo de una vida fácil, sin sacrificios, en un mundo diseñado y vendido por grupos de interés que solo buscan el lucro, sin importar los medios, ni los daños morales que arrastren.
Promover la cultura de buen comportamiento e interacción en la población, en el plano familiar, social, político y económico, es la meta de la campaña publicitaria. Esta consistirá en promover un valor cada mes, durante trece meses. El arte, la cultura, el deporte, la lectura, la formación humana y actividades recreativas, serán los medios utilizados para promoverla.
En un mundo donde la arrogancia, la intolerancia y el delito, son los responsable del deterioro moral de la sociedad, necesitamos trabajar duro para combatirlo. Debemos estar conscientes de que el mejor medio para lograrlo es la educación, que es el arma más poderosa contra los males de la sociedad.
La responsabilidad para crear una sociedad basada en valores, es de todos y cada uno de los actores sociales que habitamos en ella. La doctora Cedeño, hace un llamado a una movilización general en procura de esa meta, y debemos tomarle la palabra y comenzar por nosotros mismos, en nuestras casas con nuestros hijos, padres, conyugue, en el barrio, en la escuela, la universidades, en fabricas y oficinas, trabajar los valores que hacían orgullosos a nuestros abuelos, recuperar para todos los espacios de esperanza y de fe en un futuro mejor.
Debemos preparar cada vez más a nuestros maestros para que la educación se fundamente en la promoción de los valores que nos harán una sociedad mejor y podamos garantizar un mundo más equilibrado y justo para nuestros hijos. En consecuencia seremos mejores personas, mejores ciudadanos y alcancemos los niveles de convivencia social adecuados. Y es que como decía Duarte, “trabajando hoy para el futuro de la patria es trabajar para nosotros mismos”.
Lic. Manuel Almánzar
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