“Por sus hechos los conoceréis”, dicen las Sagradas Escrituras, como una sentencia para juzgar a vivos y muertos. Como legado escrito para dar a cada quien el lugar que merece y poner las cosas y las personas en su justo lugar.
Nuestro paso por la vida, está matizado por mil y una experiencia, muchas o pocas oportunidades de servir o de servirnos, de ayudar o ser indiferente, de ser parte de la solución o mero observador de la realidad.
Algunos, aprovechan esas ráfagas del destino para hacerse de los medios que le permitan una vida llena de placeres y disfrutes. Otros, por el contrario, ven en esas oportunidades, la ocasión para aportar con sus esfuerzos y sacrificios a mejorar las condiciones de vida de los suyos o de su entorno familiar y social: Es cuestión de decisión, de elección personal.
Mucha, muchísima gente, ha tenido grandes oportunidades de servir a su país, pues la suerte o una relación familiar, social o política, les ha brindado la oportunidad de jugar roles importantes, trascendentes en la vida social y política de La República Dominicana. Puedo asegurar sin temor a equivocarme, que la inmensa mayoría de esas personas ha desperdiciado esas oportunidades, ya que, se han limitado a lo común por lo corriente, a ejercer una función sólo pensando que va a durar un tiempo limitado y que lo que hagan ni le va ni le viene al país.
Otros, sencillamente, aprovecharon o aprovechan el momento para mejorar sus condiciones personales. Pocos, pero muy pocos son recordados por la eficiencia, la transparencia, la sensibilidad, el deseo de ayudar, la laboriosidad y los aportes concretos al desarrollo de la comunidad, al progreso de la gente y por tanto, a combatir los males sociales que nos afectan desde el mismísimo día que Colón pisó “la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto”.
Yo afirmo de forma categórica, sin temor alguno a equivocarme, que si en la historia reciente de nuestro país ( sobre todo de los gobiernos surgidos en esta nación después del ajusticiamiento del tirano) hay una persona que pudo haberse dedicado a cogerlo suave y a disfrutar las mieles del poder y no lo ha hecho, esa es la doctora Margarita Cedeño de Fernández.
Nuestra Primera dama, además de mujer inteligente y laboriosa, ha demostrado con creces, con sus acciones de cada día, que es un ser humano sensible, dedicada, amorosa, sobre todo con los más necesitados. Sus acciones la muestran empeñada en hacer de la Republica Dominicana un país más justo, más equitativo en las oportunidades. Su accionar cotidiano ha demostrado con creces que no teme en darlo todo por la gente más humilde…. por “su gente”.
Su entusiasmo a la hora de servir (quien quiera saber en detalle de la labor desarrollada por la señora Cedeño de Fernández, que busque las paginas de los diarios,revistas, blogs, periódicos digitales, o que sencillamente entre a la página del Despacho de la Primera Dama y ahí encontrará los detalles y pruebas de una hermosa labor y una dedicación total a las causas más nobles del pueblo dominicano), la hace grande, valiente y admirable.
Si esa labor le ha valido para hacerse de un nombre que la catapulte como la persona más potable para asumir la candidatura presidencial de su partido, que no es otro que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), bienvenido sea. Ella no ha dicho a nadie que quiere ser candidata y presidenta, pero las encuestas la ponen en lugar privilegiado para serlo. Esa es la realidad monda y lironda y, el que no lo quiera creer, que salga a las calles libreta en manos y le pregunte a las primeras cien personas que le pasen por el lado y sabrá a quien prefieren los dominicanos para que sea su próxima presidenta.
Sectores políticos interesados de manera malsana e irrespetuosa, asustados por los números que les dan sus encuestas, han empezado una sucia y perversa campaña contra la doctora Cedeño. Les aterroriza la idea de que ella esté en la boleta morada, pues saben que sería la candidata de los pobres, de los necesitados: Del pueblo llano y agradecido. Sería la ganadora indiscutible, por derecho propio. Por sus acciones, por sus valores, por sus obras.
La mezquindad ha llegado a tanto que, algunos, hasta quieren negarle su condición de peledeísta, de militante del Partido. Quieren sugestionarla para que no haga caso a las voces que piden que se postule. Juegan sucio, no saben hacer otra cosa, pero la historia esta ahí…. recogiendo los pormenores, los hechos y las acciones de todos nosotros.
Al margen de nuestros deseos y voluntades, seremos juzgado por nuestros hechos y ellos nos condenarán o nos colocarán del lado que nos corresponda. Esperemos, pues, que sea el pueblo dominicano quien juzque a Doña Margarita..por sus hechos.
Finalmente, quiero decir, responsablemente, que si las circunstancias así lo indican y nuestro líder y presidente, Dr. Leonel Fernández Reyna, no se presenta a la candidatura presidencial del partido y la doctora Cedeño decidiera competir por la candidatura de su partido, yo estaré a su lado, trabajando en la medida de mis humildes posibilidades, de sol a sol, para que ella logre subir las escalinatas del palacio nacional y ceñirse la enseña tricolor.
Autor: Lic. Manuel Almanzar
Fuente: Almomento.net
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