Apolonia Jiménez le solicitó a la esposa del Mandatario la reconstrucción de su casa durante la Cena de Navidad en un Batey de San Pedro.
1 de marzo de 2011. Apolonia Jiménez, mejor conocida como Doña Piro, no paraba de danzar cuando recibió la visita de la primera dama, Margarita Cedeño de Fernández, quien le hizo entrega de su casa totalmente reconstruida.
El pasado 23 de diciembre, Doña Piro tuvo más que una cena de Navidad. Compartió la mesa con el Presidente Leonel Fernández y con la Primera Dama. En esa oportunidad, le contó a la esposa del Mandatario su ilusión de tener una vivienda digna, ya que la suya se caía a pedazos. Sin saberlo, su vida cambiaría desde entonces.
Hoy, la Primera Dama entregó las llaves de su nueva casa, que por mediación de su Despacho fue construida por la Comisión Presidencial de Apoyo al Desarrollo Provincial, a un monto de RD$638,912.09.
“Le doy gracias a Dios y me siento muy feliz, de que hayamos podido complacer su deseo, su sueño de tener su casa, que es el deseo de toda familia y de toda madre de familia”, expresó la doctora Margarita Cedeño de Fernández.
Doña Piro nunca perdió las esperanzas de que su sueño se hiciera realidad, dijo que la forma en que fue tratada le hizo tener siempre una mente positiva. “Puedo ver con el poco entendimiento que tengo, que no tengo estudios, que ella es una mujer muy sensible, muy amable y que se preocupa”, comentó.
“Siempre se habla de que no cumplen, pero damos gracias a Dios por tener a gente como Doña Margarita, porque yo en verdad no tenía fuerzas para hacerle una casa a mi madre”, expuso su hijo Juan Pascacio Jiménez.
La historia de la cena
Como quien se confiesa con una amiga, la noche de la cena Doña Piro conversó con la Primera Dama sobre las precarias condiciones en que se encontraba su casa. Al escuchar la historia, la doctora Cedeño de Fernández le ofreció el mejor regalo de Nochebuena: la promesa de restaurar su vivienda.
La esposa del Primer Mandatario pidió a la Unidad Ejecutora de Proyectos del DPD que visitara la casa de la señora, ubicada en el Barrio Punta Pescadora de San Pedro de Macorís, para que evaluara el caso.
Tras la visita, los ingenieros pudieron constatar que la vivienda estaba edificada con hojalata, zinc agujereado, con una letrina, además de que no poseía cocina, ventanas ni electricidad y recomendó la construcción completa de la casa, que entonces tenía 30 metros cuadrados.
El panorama actual es otro, Doña Piro ahora disfrutará de una casa de 42 metros cuadrados de construcción, dos habitaciones, un baño, cocina, sala-comedor y galería con tejas de barro. Su construcción fue hecha en concreto, con techo de zinc y plafond general, piso pulido, así como cerámica en baño y cocina e instalación de electricidad.
A partir de hoy doña Piro podrá dormir tranquila, con paredes, puertas y ventanas que resguardan su seguridad y le ofrecen la ventilación adecuada.
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